Usos
alimenticios
No sin razón es hoy día el tomate fresco o en
conserva para el invierno un vegetal de gran aceptación popular. Entre los
grandes cambios de la alimentación general verificados en los últimos siglos, el tomate ha ido
ganando uno de los lugares más destacados.
El agradable aspecto, la multiplicidad de
aplicaciones, el buen sabor, la fácil digestión y la riqueza en vitaminas, han
influido evidentemente en su aceptación.
Aplicaciones terapéuticas
El tomate posee grandes
condiciones preventivas, lo que resulta muy importante para el tratamiento
vitamínico en los trastornos del desarrollo, enfermedades de la dentición,
evitación de la pobreza de sangre y falta de resistencia contra las infecciones.
Por las materias componentes hasta ahora
conocidas, es fácil de comprender que los tomates pueden ejercer grandes
efectos como alimentos de los enfermos en cuanto renovadores de la sangre y en
el tratamiento de la gota y enfermedades de los riñones y vías circulatorias.
Incluso el zumo de tomate cuidadosamente conservado,
muestra un considerable contenido en vitamina C. En la alimentación infantil
resulta especialmente valioso el jugo de tomate, pues sustituye muy bien al de
naranja, mucho más caro; su eficacia antiescorbútica está demostrada clínica y
prácticamente.
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