El
mismo problema nos encontramos en la elaboración de medicamentos. También se
presenta aquí la cuestión de si la combinación de sustancias naturales o de
sustancias puras aislada artificialmente poseen el mayor poder curativo.
Mientras
que la investigación analítica nos ha conducido en el campo de la técnica a
avances insospechados, sobre todo en la obtención de nuevas materias primas y
elaboradas, no hemos tenido suerte siempre en la medicina y la alimentación con
materias aisladas y sintéticas. Con los métodos de las diversas ramas de las ciencias
naturales, desde el descubrimiento de la morfina por el farmacéutico Sertüner
en 1816, se vienen analizando las drogas y los efectos de los diversos factores
que tratamos de cuadros de los efectos de las sustancias puras, que poseen indiscutiblemente
la ventaja de la dosificación exacta, mayor plazo de conservación y resultados
más equilibrados. Pero frecuentemente se unía a esto una mayor intolerancia,
mayor toxicidad y peor solubilidad, debido a lo cual era preciso buscar
primeramente un solvente orgánico adecuado. Respecto a la insolubilidad en agua
y la solubilidad en disolventes orgánicos no era etapa previa para acción
cancerígena de la sustancia. Con la euforia causada por el hallazgo y la
obtención de sustancias puras no se atendió debidamente a plantear la cuestión
del efecto de la planta en su totalidad.
El descubrimiento de l materia activa principal y su aislamiento llenaban el
inmediato objetivo terapéutico. Así pues, en principio se despreció toda
sustancia “complementaria”.
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