La aromaterapia
La
aromaterapia, considerada antiguamente como una práctica marginal, ha llegado a
ser tan generalmente aceptada y respetada que cada vez se ofrece con más
frecuencia a los pacientes hospitalarios como parte de su tratamiento. De
manera creciente, los fabricantes cosméticos, perfumes y otros artículos
reconoces la importancia de los aceites esenciales parta realzar la calidad y
el atractivo de sus productos. Al mismo tiempo ha aumentado enormemente el
empleo casero de estos aceites al ir descubriendo
individualmente los beneficios terapéuticos y el placer estético inherentes de
los aceites.
La
investigación científica actual en el campo de la utilización química y médica
de algunos aceites ha contribuido a confirmar y clarificar su potencial
curativo. La demanda de aceite del árbol del té, por ejemplo, ha crecido enormemente
en los últimos años como consecuencia de detalladas pruebas analíticas - ¡en
Australia se le ha aclamado como el antiséptico del futuro!-. Estos estudios
han puesto de manifiesto los beneficios de los aceites esenciales y la necesidad de seguir
investigando. Se ha demostrado que los métodos de cultivo, el clima, la
situación, la determinación exacta de las especies botánicas y las técnicas de
extracción y de manipulación tienen una gran influencia en la composición final
de un aceite, afectando tanto a su fragancia como s su pureza y valor
terapéutico. (Julia lawless)
Origen de la Fitoterapia
Cuando
pelamos una naranja, caminamos por un jardín de rosas o frotamos una ramita de
lavanda entre los dedos, percibimos el aroma especial de cada una de estas
plantas. Pero ¿qué es exactamente lo que olemos? Hablando en términos generales,
son los aceites esenciales los que otorgan a las especias y a las plantas su
aroma y sabor específicos, y a las flores y frutas su perfume. El aceite
esencial de la piel de la naranja no es difícil de identificar; se encuentra en
tanta profusión que sales literalmente a chorro al pelarlas. Las diminutas
gotas de aceite contenidas en saquitos o células glandulares del exterior de la
piel son muy volátiles; es decir, se evaporan fácilmente, impregnando el aire
con su aroma.
Pero no
todas las plantas contienen aceites esenciales o volátiles en tanta profusión.
El contenido aromático de las rosas es tan pequeño que se necesita una tonelada
de pétalos para producir 300 g de aceite de rosas. No estamos seguros del
motivo por el cual unas plantas contienen aceites esenciales y otras no. Está
claro que el aroma de los aceites influye en la atracción o repulsión de
ciertos insectos o animales. También se cree que juegan un papel importante en
la transpiración y los procesos vitales de la planta, y como protección contra
las enfermedades. Debido a su naturaleza altamente concentrada esencial, han
sido bautizados como la “hormonas” o la “sangre” de las plantas.
Los aceites aromáticos pueden encontrarse en
diferentes partes de las plantas: semillas, corteza, raíz, hojas, flores,
madera, bálsamo y resina. La aplia gama de materiales aromáticos obtenidos de
fuentes naturales y el tipo de extracción y uso de los mismos se han ido
desarrollando lentamente a lo largo del tiempo, pero sus orígenes se remontan a
las primeras civilizaciones.
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