Otras
indicaciones terapéuticas
Diversos
autores (Binz, Lipp) conceden también a la cebolla un efecto calmante en las
excitaciones nerviosas o psíquicas. Antiquísima es la aplicación de la cebolla
para la eliminación de lombrices, se ha confirmado en nuestros tiempos,
sobretodo en la medicina infantil, que es donde está llamada a emplearse con
mayor frecuencia.
Se cita
también frecuentemente la capacidad de la cebolla para la renovación de sangre,
l que se explica por su efecto beneficioso en la digestión, puesto que, como se
sabe, la anemia puede ser debida a prolongados trastornos en el funcionamiento
normal de intestino. También se destaca el contenido en vitaminas y minerales
como explicación de las cualidades de renovación de la sangre.
El alto
contenido en flúor de la cebolla (según Mayerhofer Schneider y Wasicky, 0,5 mg
por kg en pulpa fresca) hace suponer una influencia beneficiosa de la cebolla
en el estado de funcionamiento excesivo de la glándula tiroides y ejerce
seguramente, en el mismo sentido que el moderno tratamiento de flúor, una
influencia conservadora del esmalte dental.
Teniendo
en cuenta el efecto de excitación del circulación de la sangre que a perfectamente
justificado su empleo externo en la cura de forúnculos, abscesos, inflamaciones
del tejido subcutáneo, sabañones, magullamientos, inflamaciones de la glándulas
linfáticas, infecciones y calvicie.
Empleo
como condimento
Con la
excepción de los alimentos dulces, supone la cebolla en todos los platos un
condimento indispensable. A causa de su excepcional valor curativo es de
recomendar su abundante consumo.
Forma
de empleo:
1. Jarabe de cebolla para la tos y
otras enfermedades debidas a enfriamientos: se cortan en rodajas varias
cebollas gruesas y se mezclan con azúcar morena. Se dejan en infusión durante
12 horas. El zumo así logrado se toma a cucharadas varias veces al día.
O bien: se cortan las cebollas en cuatro trozos y se calientan al
vapor con azúcar cande. Se toma una cuchara grande cada 2 horas.
O bien: se ralla o machaca una cebolla grande con agua, se cuece su
jugo obtenido a presión con 150g de azúcar candé hasta lograr un jarabe que se
toará en dosis de una cucharada pequeña cada hora.
2. En crudo para hidropésicos: se
trituran 600g de cebollas hasta formar un puré: se bate éste haciéndolo pasar
por un colador con 100g de miel hasta formar un líquido homogéneo. Se toman
diariamente de 100 a 200g a cucharadas. Quien lo soporte , será preferible que
consuma de 30 a 60g de cebollas frescas (según Kneipp), cociendo las cebollas
con miel para tomarlas de esta forma
3. Para uso externo en
inflamaciones, hemorroides y calvicie, se trituran o prensan las cebollas en
crudo y se baten con agua hasta formar un caldo que se aplicará en las regiones
afectadas.
4. Como ensalada, se preparan las
cebollas ralladas con limón y aceite.
No hay comentarios:
Publicar un comentario