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lunes, 27 de agosto de 2012

La aromaterapia y la fitoterapia


La aromaterapia

La aromaterapia, considerada antiguamente como una práctica marginal, ha llegado a ser tan generalmente aceptada y respetada que cada vez se ofrece con más frecuencia a los pacientes hospitalarios como parte de su tratamiento. De manera creciente, los fabricantes cosméticos, perfumes y otros artículos reconoces la importancia de los aceites esenciales parta realzar la calidad y el atractivo de sus productos. Al mismo tiempo ha aumentado enormemente el empleo  casero de estos aceites al ir descubriendo individualmente los beneficios terapéuticos y el placer estético inherentes de los aceites.
La investigación científica actual en el campo de la utilización química y médica de algunos aceites ha contribuido a confirmar y clarificar su potencial curativo. La demanda de aceite del árbol del té, por ejemplo, ha crecido enormemente en los últimos años como consecuencia de detalladas pruebas analíticas - ¡en Australia se le ha aclamado como el antiséptico del futuro!-. Estos estudios han puesto de manifiesto los beneficios de los aceites  esenciales y la necesidad de seguir investigando. Se ha demostrado que los métodos de cultivo, el clima, la situación, la determinación exacta de las especies botánicas y las técnicas de extracción y de manipulación tienen una gran influencia en la composición final de un aceite, afectando tanto a su fragancia como s su pureza y valor terapéutico.   (Julia lawless)



Origen de la Fitoterapia

Cuando pelamos una naranja, caminamos por un jardín de rosas o frotamos una ramita de lavanda entre los dedos, percibimos el aroma especial de cada una de estas plantas. Pero ¿qué es exactamente lo que olemos? Hablando en términos generales, son los aceites esenciales los que otorgan a las especias y a las plantas su aroma y sabor específicos, y a las flores y frutas su perfume. El aceite esencial de la piel de la naranja no es difícil de identificar; se encuentra en tanta profusión que sales literalmente a chorro al pelarlas. Las diminutas gotas de aceite contenidas en saquitos o células glandulares del exterior de la piel son muy volátiles; es decir, se evaporan fácilmente, impregnando el aire con su aroma.
Pero no todas las plantas contienen aceites esenciales o volátiles en tanta profusión. El contenido aromático de las rosas es tan pequeño que se necesita una tonelada de pétalos para producir 300 g de aceite de rosas. No estamos seguros del motivo por el cual unas plantas contienen aceites esenciales y otras no. Está claro que el aroma de los aceites influye en la atracción o repulsión de ciertos insectos o animales. También se cree que juegan un papel importante en la transpiración y los procesos vitales de la planta, y como protección contra las enfermedades. Debido a su naturaleza altamente concentrada esencial, han sido bautizados como la “hormonas” o la “sangre” de las plantas.
Los  aceites aromáticos pueden encontrarse en diferentes partes de las plantas: semillas, corteza, raíz, hojas, flores, madera, bálsamo y resina. La aplia gama de materiales aromáticos obtenidos de fuentes naturales y el tipo de extracción y uso de los mismos se han ido desarrollando lentamente a lo largo del tiempo, pero sus orígenes se remontan a las primeras civilizaciones.

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